Traumas, mudanzas y vision de la realidad
Hoy es domingo, un día para no hacer mucho ni perder la calma, un día para disfrutar de lo poco que todavía queda de costumbres y modos de otra época más simple en la que el sentido común daba respuestas a preguntas que hoy parece que no la tienen cuando en realidad las han cancelado. En este día comer, descansar y hasta darse un placer personal es lo lógico, pero sucedió algo diferente... Quien fue esposo de mi recientemente fallecida hermana me pidió ayuda para su MUDANZA.
La memoria le gana a la realidad.
Para comenzar dejo bien claro que no me quejo del pedido y que no es la primera vez que le ayudo a mudarse. Lo que de esta situación me llamó la atención es la horrible sensación de urgencia y de vacío personal que me generó, casi un viaje de terror al pasado.
Durante mucho tiempo en los que viví en una ciudad en la que ya no estoy tuve que mudarme al menos cada dos años, la aclaración es porque algunas veces tuve que hacerlo antes de ese tiempo. Cada una de esas mudanzas fue traumática, fue urgente y también fue en condiciones de chantaje económico y psicológico por parte de las inmobiliarias que se turnaban en el rol de verdugo.1
En una de ellas estuvimos dos días despiertos con mi esposa porque había que devolver las llaves de la casa que dejabamos solo unas horas después de mudarnos al nuevo lugar. El origen de semejante momento fue que el ser de luz de la inmobiliaria (que vivia de alquilar propiedades de sus parientes) pensó que no había problema con terminar con el trámite un mes mas tarde de lo acordado... Solo recordar la sensación de impotencia, urgencia y sobre todo de miedo de esos días me revuelve el estómago.
La urgencia de lo personal por sobre lo que realmente sucede.
Cuando llegué a su casa me parecía que aún estaba todo por hacerse, veía una cuenta regresiva en el aire como si fuera un personaje del libro "El problema de los tres cuerpos", me parecía que había demasiado por hacer y que no iba a ser posible el plan del único interesado en mudarse... Le insistí en que hiciera más de lo que él tenía pensado hacer antes de ir a llevar las cosas al nuevo departamento, el accedió y llevamos una carga un poco mayor.
Cuando llegué al nuevo lugar empecé a ver todo lo que no funcionaba, las manchas de humedad que había que fotografiar para enviarle al agente inmobiliario para que al finalizar el contrato no pretendan que se arreglen cosas que ya había en mal estado antes de acceder, enchufes que no estaban bien, abrí y cerré todos los cajones, alacenas, el placard, las canillas y me pareció que si el termotanque estaba funcionando debía ser porque si se apaga será casi imposible volver a encenderlo (qué otro motivo tendrían para dejarlo así).
Sin detenerme comencé a preguntarle si ya había pedido el traslado del servicio de internet, si ya tenía calculado cuando iba a devolver la otra casa, si alguien iba a ir a limpiar los dos lugares. Me resultó un problema que se haya olvidado de llevar la cinta métrica para medir bien los espacios y ver dónde podían ubicarse los muebles. En un punto me sentí abrumado por mi misma catarata mental.
Un par de horas después de la montaña rusa
Cuando ya habíamos ido y vuelto a la casa que va a dejar atrás, este muchacho dijo algo que me dejó helado.
- "Me vino bien ir porque no lo había visto al departamento vacío desde que me habían dado la llave".
En ese momento tomé conciencia de que antes de ir había nombrado eso y que no le había prestado atención en medio de mi ataque de ansiedad.
Desde ese momento hasta cuando volví a mi casa pensé mucho en esta situación y vi que no pude entender lo más simple del pedido que aunque no lo había verbalizado era claro. Me pidió compañía para ir a conocer su nuevo lugar y no hacerlo en soledad y de paso aprovechar mi vehículo para llevar algunas cosas. No me pidió ni un plan ni una advertencia sobre lo terrible que es mudarse.
Mi hermana falleció hace no tanto tiempo en la casa que el va a dejar y la situación de dejar atrás eso y embarcarse en vivir en un nuevo lugar que ella jamás vió y en el que nunca estuvo debe ser algo muy muy difícil. Es molesto ver que un trauma que más que evidentemente aún no pude terminar de resolver se puso por delante y me impidió percibir algo tan simple. Por supuesto que también estoy en medio de un duelo por la pérdida de mi única hermana a quien yo tampoco volveré a ver ni sentir, pero en esta situación me fue dificil ver lo simple del subtexto. Un poco de compañía familiar en una situación tan intensa y quizá amenazante.
Cierro esto que es una queja y una manera de desnudar el alma y descomprimir la mente deseando que el proceso en el que estoy trabajando mucho para salir de la depresión también me ayude a dejar atras reacciones que ya no tienen sentido a situaciones traumáticas pasadas.
Será hasta la próxima 🧉
Si aparece alguien que esto le parece una exageración le recuerdo que en internet hay adultos quejandose porque Nintendo o Netflix aumentan el precio de sus servicios como si les fuera la vida en ello.↩