La satisfacción de terminar algo
Leyendo una novela coreana1 de esas que desde hace un tiempo les llaman "healing novels" me encontré con un pasaje que me interesó. La conversación comienza con un adolescente que le pregunta a una mujer de unos treinta y tantos años que se pasaba las tardes tejiendo en una librería si es lindo tejer. La mujer le responde que en realidad ella no teje porque es lindo sino que lo hace por la sensación de satisfacción, que si quisiera entretenerse jugaría video juegos. Ante la falta de reacción del muchacho ella sigue diciendole que la satisfacción que siente al terminar de hacer algo es muy importante para ella, que en algun momento de su vida trabajaba muchísimo y al finalizar el día solo le quedaba que el tiempo había pasado porque en su trabajo nunca se "terminaba" de hacer.
En los tiempos anteriores a esta época había una idea lineal y secuencial de muchas cosas, para hacer esto primero había que terminar de hacer aquello. Quien quería ir a la universidad para convertirse en un experto debía estudiar el colegio secundario y quien luego quería ejercer como experto debía hacer una práctica que llevaba muchos años y que consistían en comenzar y terminar proyectos que aunque no revistieran la formalidad de una "carrera" daban la pericia necesaria (al menos en los papeles). Había al menos la suposición de que hacer el camino iba a llevarnos a donde queríamos, con esfuerzo o con inteligencia o como fuera veíamos luz al final de un camino que se dividía en etapas.
Como aprendíz de músico tuve inmensas satisfacciones que solo pudieron darse a partir de la linealidad y la secuencialidad que propone cualquier formación clásica2. Aprender una obra o un estudio y terminarlo pudiendo interpretarlo con comodidad era una llegada, un descanso y una satisfacción que por más que ya hubiera un nuevo desafío no dejaba de estar presente.
Mil veces he dicho a mis alumnos que "el estudio de la música no se termina nunca" y hoy me doy cuenta de que tendría que ser un poco más específico porque lo que quiero decir es que lo que nunca termina es nuestra posibilidad de comenzar a tocarla y profundizar en su estudio.
Este tiempo ha reemplazado la secuencialidad por una simultaneidad y un presente que de tan rapido que pasa parece no moverse nunca, como cuando miramos las aspas de una turbina que por ser tan veloces parecen no moverse o desaparecer directamente. Ese tipo de no-tiempo hace que sea casi imposible entender que terminamos algo, que hicimos un cambio en nosotros y que estamos en una nueva etapa.
Está muy dificil conseguir la sensación de haber finalizado algo y realmente hay que trabajar mucho para evitar ser absorbido por el agujero negro del no tiempo actual. Quien hace mucho tiempo no encuentre esa sensación puede intentar salirse al menos unos minutos de la locura reinante y ponerse un objetivo cortito, como hizo el personaje de la novela. Quizá en lugar de tejer una bufanda o hacer crochet pueda pensar en aprender una canción, una obra en su instrumento o tomar una hoja de papel y escribir sus pensamientos. Esa secuencialidad de tomar el instrumento, elegir qué y luego hacer el analisis y la práctica hasta lograrla va a dar al menos una posibilidad de volver a sentir que se hizo un pequeño camino que comenzó y terminó.
El premio es bellísimo y quienes crecimos en un mundo pre digital sabemos de qué se trata. Es deber nuestro no olvidar cómo se siente la recompensa por haber finalizado algo que decidimos comenzar por más que estos tiempos solo nos desorienten.
Será hasta la próxima 🧉